Sin original de referencia
La personalidad de Li Bai (701-762), original y arrolladora, unida a lo misterioso de sus orígenes, ejerció sobre sus contemporáneos menos conservadores una fascinación y una admiración tales que, ya en vida, entró a formar parte de un mundo de leyenda y magia. "Inmortal desterrado", diría de él He Zhizhang; "Inmortal bebido", pone en su boca Du Fu; alguien con quien "compartir el viaje extático a los ocho confines", diría el gran maestro taoísta Sima Chengzen. Los poemas de Li Bai están habitados por su inquieta energía y su exuberante imaginación, su alma solitaria, insatisfecha y viajera que, al igual que el ave fabulosa llamada Peng, vuela sin descanso a inconmensurable distancia de la angosta jaula que es el mundo humano. Li Bai es, junto a Du Fu, el poeta más célebre y carismático de toda la literatura china. Su vida transcurrió en el periodo de apogeo de la dinastía Tang. Llevó una vida peregrina de aventurero espadachín, de letrado excéntrico y borracho, tan pronto retirándose del mundo como recorriéndolo en anhelosa búsqueda de algún poderoso que supiera reconocer su descomunal talento y otorgarle, por fin, un cargo a su altura sin que tuviera que pasar por el sistema de exámenes públicos. Y fue el hombre más poderoso del país quien se lo dio, el emperador Xuangzong, que lo nombró letrado al servicio del soberano en la academia Hanlin. Esta edición presenta cien poemas, de los poco más de mil que se conservan de su obra. Muchos creen que Li Bai murió ahogado al tratar de atrapar la luna en el agua. Pero no murió, solo finalizó su destierro en este bajo mundo, amnistiado por los demás inmortales. (Editorial)
La traducción incluye 315 notas de Anne-Hélène Suárez Girard y un prólogo de Anne-Hélène Suárez Girard.
Incluye una bibliografía.
De las 315 notas, 54 pertencen a la introducción y 261 a la traducción.
Edición bilingüe.